lunes, 18 de abril de 2011

'H'andrea

Acabo de viajar a lo más profundo de mi alma y he regresado con acento argentino.

21 años han pasado sobre una piel aún con acné, toda una vida por delante y ya se siente derrotada. Sin iniciativa, sin motivaciones, arrastrando cada vez más fracasos principalmente por su inexperiencia, su ingenuidad e inseguridad.

Ella sí tiene claro qué quiere hacer, su duda es ¿Cómo llegar allí?, ¿Acaso tiene talento alguno?
Pero no hace nada, y no sabe qué quiere hacer, ¿Estudiar?, ¿Trabajar?, ¿Intentarlo?; pero se encoje de hombros, lloriquea un poco, y se refugia en sus sueños, porque no sabe hacer otra cosa; ni hablar, ni afrontar la realidad y toda la presión le abruma, le aterra, así que calla y vuelve a su paraíso de celuloide.

Todo se va a la mierda y ella no mueve un puto dedo, asiente, comprende todo; ella quisiera ser decidida, echarle cojones a la vida, pero se siente una niña mimada y caprichosa; y un sentimiento de culpabilidad y decepción se la traga tal tsunami.
Y no existe paréntesis, de nada sirve el estado stand by, así que tiene que elegir, decidirse o caer en el error de optar por soñar... ¡Qué fácil y cómodo es soñar!...

Así que, ella se limita a escuchar música, ver películas fantásticas, rodearse de gente increíble, escribir gilipolleces en un blog, y pensar que todo irá bien.


"Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido, una vez le contó un amigo común que la vió: Donde habita el olvido"