lunes, 8 de febrero de 2010

Día 23.- "Pfff..."


Muy buenos días. Empezamos una nueva semana, y parece que quedó atrás la noche anterior, aunque aún hay restos del desastre.

Me he levantado hace una hora y he mirado la nueva actualización de Alex... ay dios mío...
Sé lo que me vais a decir...pero yo lo siento mucho, va a ser que todo está conectado, o yo que sé, será que los seres humanos somos así de tontos que muchos días coincidimos en sensaciones y vivencias, yo que sé...
Me explico:
Anoche, después de escribir, como no tenía sueño retomé la película "Cabaret" que tenía pendiente para un trabajo de clase, pero media hora antes del final, empecé a agobiarme, volvieron las voces, los sudores, el palpitar en el estómago, la oscuridad de la habitación me inundaba, la sonrisa del tío loco de "Cabaret" me perseguía, los gritos de mi cabeza se mezclaban con los sonidos de la casa... Así que, quité la película y me puse a escuchar música, para ver si así conseguía tranquilizarme y quedarme dormida...
Pero no, llegó un momento en aquella orgía de sensaciones en la que no pude más, encendí la luz de mi habitación, cogí la libreta y un boli y empecé a escribir y escribir, cosas sin sentido y con mucho sentido, después de un rato me sentí un poco mejor y después de una última canción, apagué la música y cerré los ojos hasta quedarme dormida.

Cuando esta mañana leí sus palabras pensé: Joder... ¿Tú también?
Alex...llévame contigo, llévame a tu rodaje, quiero oír tu balada triste de trompeta, quiero estar bajo ese frío que te congeló el aparato reproductor, quiero ver al elefante de dos metros, quiero ir al parque de atracciones y quiero acompañarte todas las noches y hablarte hasta que te quedes dormido...

Aquí las palabras de Alex de la Iglesia:
"No me puedo dormir.

Se me ha cambiado el sueño, imagino, o estoy tan cardiaco que no puedo dormirme. Mañana ruedo a las diez, o sea que a las 9 tengo que estar arriba. Ahora, por la noche, los sentimientos se enfrentan y agudizan. Por la noche salen los demonios a pasear, y te miran de soslayo. Todo crece, todo se agiganta, hasta crear monstruos. Vuelve el consabido dolor de cabeza, vuelven los pecados del pasado. Vuelve la angustia. Ese miedo atroz a que se repitan los antiguos terrores, las antiguas penas. Piensas que el tiempo se acorta hasta casi desaparecer, que lo ocurrido hace años pasó hace días. Te das cuenta que la vida son secuencias simultáneas. El tiempo no existe, es un presente eterno, escuché ayer en una película de Chabrol. La noche elimina los tiempos muertos en un montaje salvaje, y ves sólo las secuencias dolorosas de tu vida, las que importan, las que duelen. Tus decisiones, tus cobardías, tus errores, deformados grotescamente como en un espejo de feria. Sé que el símil está muy sobado, pero es el mejor. Me veo reflejado con la cabeza pequeñita y un cuerpo enorme, distorsionado. Igual no es un espejismo, y como decía mi amiga Rosa Montero, es por las noches cuando las cosas se piensan con lucidez. Por la noche, al desaparecer el mundo, te encuentras sólo, en la nada, en medio de la negrura, y te ves a ti mismo. Lo que has hecho, y lo más doloroso: lo que no has hecho. Por la noche, dice Rosa, se descubre la auténtica verdad. La vida, en realidad, es una pesadilla, una pesadilla encubierta por la vigilia, por el ruido del día, por esa luz cegadora que impide distinguir las cosas con claridad. Son las sombras el ser verdadero de las cosas y las personas. La luz es un truco, un truco barato para hacernos la vida soportable. Es ahora, en medio de la noche, a solas, cuando nos enfrentamos a nosotros mismos cara a cara."


Manu, ayúdame con lo de radio....

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